La velocidad es un factor que aumenta el riesgo de accidente y de muerte en el accidente mismo. La decisión de pisar más o menos el acelerador depende exclusivamente de la responsabilidad del conductor. Cesvi le entrega razones de sobra para bajarle a la velocidad:
1. El año pasado murieron unas 6.800 personas en accidentes de tránsito y una de las causas fue el exceso de velocidad*. Así como es de fácil apretar el acelerador, el conductor que excede los límites de velocidad no valora el riesgo al que está exponiendo su vida y tampoco el riesgo en el que pone a los demás usuarios de la vía y su entorno.
2. Algunos conductores consideran que el hecho de conducir un vehículo nuevo con adelantos tecnológicos como airbags, cinturones con pirotensores, frenos ABS o sistema electrónico de estabilidad ESP, entre otros, los convierte en inmortales y creen que ante una colisión su integridad física y su vida no están en riesgo, lo cual es totalmente falso.
3. En el caso de los motociclistas el tema es de mayor relevancia ya que no cuentan con una estructura exterior de protección como la carrocería de los automóviles. Por cierto, a cualquier velocidad son vulnerables y más de 2.700 motociclistas murieron el año pasado en accidentes de tránsito, lo cual equivale aproximadamente al 39% del total de víctimas.
4. El asunto de la velocidad frente a la conducción tiene que ver con que el conductor percibe que al aumentar la velocidad, disminuye el tiempo que requiere para desplazarse de un lugar a otro. Pero, por ejemplo, caerse caminando a 5 km/h (o su equivalente 1,3 m/s) puede generarle la muerte a una persona o al menos serias lesiones entonces, ¿cuál puede ser la probabilidad de vida para un conductor que choca en su vehículo a una velocidad de 80 km/h (22,2 m/s)?
5. La velocidad tiene efectos sobre la visión, la concentración y el tiempo de reacción, hace que se tomen decisiones erróneas que ponen en riesgo no solo la salud y su vida, sino la de los usuarios de la vía y su entorno.
6. A mayor velocidad mayor distancia de frenado. Por cierto, si se desplaza a una velocidad de 30 km/h requerirá de cierta distancia para detener el vehículo; y en las mismas condiciones, pero a 60 km/h, se necesitará 4 veces más distancia para parar. Es decir, al duplicar la velocidad, después de que usted pisa los frenos, el automóvil sigue desplazándose por una distancia cuatro veces mayor antes de detenerse por completo.
7. De igual manera, el conductor debe considerar que ante un evento imprevisto tardará aproximadamente 3⁄4 de segundo en reaccionar, es decir, en levantar el pie del acelerador y accionar el freno. Esto significa que a 60 km/h un conductor recorre 16,6 m/s, y si tarda 3⁄4 de segundo en reaccionar, el vehículo se desplazará 12,45 metros antes de que el conductor accione los frenos.
8. Las condiciones de la superficie también son clave pues a 50 km/h sobre una superficie seca la distancia de reacción es de aproximadamente 14 metros y la distancia de frenado 12,5 m, mientras que sobre una superficie húmeda la distancia de reacción es la misma pero la distancia de frenado es de 33 m aproximadamente.
9. En relación con el campo visual es conveniente entender que a mayor velocidad, menor área de visión nítida, es decir, a una velocidad aproximada de 30 km/h el campo visual del conductor es de unos 100° mientras que a 100 km/h el campo visual es de apenas unos 30°. Esto significa que a mayor velocidad el conductor tiene más dificultad para identificar con nitidez lo que hay en el entorno de la vía, como las señales de tránsito, los peatones, ciclistas, etc.
10. Es también importante resaltar que a medida que aumenta la velocidad, se incrementa el consumo de combustible, pues llevar la velocidad del automóvil de 100 km/h a 120 km/h supone ampliar el consumo de combustible en un 35% por acción de la presión aerodinámica sobre la carrocería.
Por eso insistimos: bájele a la velocidad.
*Fuente: Forensis y ANSV.